Pez con un sueño

¿Que pasa si un dia un lobo se cansa de ser solitario? ¿si a un pez se le ocurriera que volar es lo que siempre ha deseado?

Alteraciones



Me nacieron flores,
demasiadas flores en el alma
marchitaron mis dedos,
cansancio de esperar amaneceres
luces desquiciantes de noches en vela.
Me nacieron gotas de lluvia en los ojos
mensajes en clave morse en el pecho,
me nacieron cicatrices en los labios
que aun no están maduras,
minutos en los pies, lejanía en la mirada,
ramas de tiempo en el alma.
Sigo sin aprender a restar mitades
y masticar cristales,
sigo sin cuidarme la espalda
y caminando a otro ritmo,
no alcanzo a nadie, se alejó hasta tu cuerpo.
Me rebasa el  mundo por la derecha
y lo absurdo por la izquierda,
me quema el espacio vacío de los domingos,
el  silencio que a mi lado encuentro
cuando miro  a la derecha.
Sigo sin poder atar el tiempo,
a veces también quiero salir huyendo,
vuelvo a dormir con la ventana cerrada
y el corazón abierto,
tengo sueños que se desvanecen sin tu mirada.
Hay huelga de hambre en la nevera,
un motín entre mis letras,
se rebelan a salir y quedar plasmadas
en esta elegía y que nadie les comprenda
que nadie lea lo que se esconde detrás de ellas,
carne de olvido, tierra desolada.
Crecen ausencias en el jardín
mientras el gris le gana la batalla
al azul del cielo. A mí me hace falta un hechizo
que me despierte ajeno a esta silencio,
habitar otra páginas, romperle las piernas al tiempo
y ganarle una partida de cubilete al recuerdo

Quédate



Alimenta esta locura
y quema el tiempo que nos separa
dibuja puentes de tu mano a la mía
restos de realidad en entropía
sonrisas en cercanía
tu aliento una dulzura de muerte,
un juego de mecanos para construir huidas.

Quédate a pesar del ruido
y la sangre que ahoga al mundo
a pesar de la torpeza de mis pasos a tu casa
a las palabras que a veces no te digo y me lastiman
quédate un instante más cada día
hasta que el mar rompa en trozos para mil destinos
que se liberen las luces del alma del mal absurdo
y sea un deporte pelear contra los molinos

Reivindica la mala reputación de algunas coincidencias
dejemos rastro de amor en el cielo y quítame el frio
encuéntrame en el tren, se mi cómplice bajo la mesa,
que  duelen los lunes sin destino hacia tu cuerpo
que lastima la voz a través del cobre algunos viernes

Quédate entre la lluvia que nos da los buenos días
asaltemos los parques para robar sonrisas
refugiémonos entre las nubes, extraños y clandestinos
entre los besos perdidos y el sol de los domingos.

Y quédate siempre, entre mis dedos,
 mi ropa, mi pensamiento, en la tarde calma
quédate con el sol que entra por la ventana,
en todo lo que miro...
En mi alma y en el suspiro